martes, 5 de septiembre de 2017

No hay palabras

A veces me levanto con un peso en el pecho insoportable, corro a esconderme y me harto de llorar a solas. Lloro por mí, por todas las personas que amo y por toda la escoria que hay en el mundo. Me da verguenza despertarte, que me veas así y no saber explicarte. Me agrada mirarte cuando duermes y sentir esa taquicardia que me provoca amarte. En ocasiones me creo muy poca cosa, casi nada, una migajita y también me digo cosas feas. A veces me llamo basura. No es siempre así, también brillo de forma cegadora. Mi fortaleza me asusta. Arriba, abajo, arriba y otra vez abajo. Días de incertidumbre dónde se mojaron todos los mapas, perdida sin guía, instalada en el colmo de la duda como una niña pedante (sí, me hablo mal y no debería...lo sé). Días en los que todo es al rojo vivo. Días que me susurran si estaré en la locura. Medito si me queda tiempo para enmendar todos los errores que he cometido a lo largo de mi vida o si debería pasar de toda la mierda, dedicarme a reir y bailar, follar y comer sin medida para no continuar cómo obstáculo de mí misma.
Pero no hay palabras la mayor parte del tiempo, no las encuentro... sólo puedo honestamente invitarte a que poses la mano en mi pecho y entiendas.





 "Chorus" fotograma del film de  Michael Langan y Terah Maher