Tú decides todo

No tengo terror nocturno pero me sangran las encías
más que el útero...no se puede integrar la crueldad en el alma, no encaja nunca el puzzle hecho con restos de un mapa podrido...mi lengua sabe amarga y tú has cruzado el puente de modo frenético e insomne toda la noche...no hay pausas preestablecidas...tú decides todo...cuando se encienden las farolas de mi calle y cuando mastico barro con hierbas añadidas...tú elijes y también mueres un día de estos...todo está bien

Mai Jiménez Estepa (La Rubiales en el Espejo)

Este es mi muro

"Yo soy el muro que usáis para daros cabezazos de frustración. Al cabo de los años mis ladrillos se han aflojado hasta caer al suelo. Entonces soy los escombros del parque infantil que usan los niños para abrirse la cabeza unos a otros. Porque a las niñas no se las deja jugar a pedradas para que todas puedan conservar la cabeza y convertirse de mayores en el muro que usáis para daros cabezazos..."
Mai Jiménez Estepa (La Rubiales en el Espejo)

Tu lengua

Había pensado coserme unas migajas de queso a la comisura de la boca...por ver si las recogías con tu lengua. Si me transformo en humo doleré más que a mí misma, si me voy...soy la que se pierde y recose por ser visible a tus ojos. Esperaba cosas, ahora me toca crearlas y no conozco el camino. Pero en coser los hilos sí tengo experiencia. Tu lengua, que tantas veces tuve, se pondrá a recitarme palabras de aliento y oleremos juntos el vaho del ajo que tanto nos gusta comer.

Perder?

Doble salto mortal,
caer de rodillas...

Estirón de orejas
hasta arrancarlas...

Nadar en aceite
hirviendo...

Pero no tengo espacio
para la rendición
no quiero fabricar
trapos blancos...

Como sabes,
no uso banderas,
ya te lo dije...

MJE (La Rubiales en el espejo)

Batalla

Mi cuerpo es un campo de batalla... esto lo dijo y expresó en una obra plástica Barbara Kruger...nunca más acertado. En ese campo se ha ganado y perdido mucho, día a día, con la conciencia de quién vive en la guerra perpétua. No conocer al enemigo o dónde esconderse de las bombas. Quizá me traiciono a mi misma todo el tiempo (o sin quizá)...y pienso. Pienso demasiado en estas batallas que magullan mi reverso. Soy una pésima estratega . Después del derramamiento de fluidos sigo ignorante como recién parida. La batalla es no saber ni amar ni perdonar. Empezar algo para luego abandonarlo. Jurar que ya no puedes pero seguir. Sentir que estás muerta aunque respiras...como una maldición...o como un regalo. Blanco y negro. La duda y la guerra eso es todo lo que puedo notificar. Ocurrencias que me hacen creer en la salvación, que se pause la guerra y vengas con uno de tus abrazos. No llega la victoria nunca...me enfrío y me odio. Mi útero sigue caliente pero callado. Desconozco si estoy dando vueltas pero necesitaré una palmadita en la espalda. Sería bueno. Quiero amarme y perdonarme. Extender la sanación a mis ancestras, las que han vivido este eterno bucle...la mierda en nuestros cuerpos heridos. Cuerpos que son campos de batalla. Pido una minúscula luz para no tener este intenso miedo...dime alguna cosa.

Hola...

Mis preguntas tienen aristas.
Dudarlo.
Limarlo todo.
Disfrutando mi puerto indecisión.
Atiendo los reclamos de un vacío.
Carencia y pérdida momificadas...hola.
Cogidas de la mano.

Sé que no entiendes nada,
también me ocurre.
Deja de pensar un momento...
tras otro...

En los huecos de estas frases
se encuentran
las migas del festín,
te salvan de la desnutrición,
aunque sólo a veces,

Hola...he vuelto.

MJE (La rubiales en el espejo)