El cuerpo dolor…yo no soy eso…pero se instala silencioso antes de ser consciente de él…ahora estoy desbaratada por esto…hace un mes creí (de verdad) estar sanando todo, en profundidad…hoy me siento como al principio de los tiempos, perdida, frustrada, cansadísima…y sé que reconocer mi parte es importante…escribir, escribir esto y lo otro, ventilar los fantasmas, que no se acomoden en mí…hacia adentro, sacar escombros, dejar espacio…no identificarme con este dolor vital que arrastra la madre, que arrastra la pareja, que arrastra un entorno entero (o casi)…mirar a la gente bonita y pura que están también, mirarlas para verlas y verme en ellas, porque si soy algo, quiero ser eso…si confío en mi camino sé que, de hecho, soy eso…mi labor es sanar al árbol que me dió vida…y, esa rabia que siento cuando sobrepasados mis límites, familia del árbol, entro en bucle, esa misma rabia ha de quedar como ceniza en tierra, para que sirva a algo metamórfico, algo creador.
Las dudas, las arrullo…les beso el cuello como a un bebé…hasta que se duermen y pueden descansar.
Soy el fuego creador.
MJE
