sábado, 14 de noviembre de 2015

La nana de la abuela

Sentada en modo "espera"
con una quietud latente de postal.
Como fondo la estación
romántica peyorativa,
sobre la cual se han escrito millones de canciones
y se escribirán,
burdas.
Sentada así,
noto que me crece el culo
al principio muy poquito
algo más crecerá hoy
y más mañana, tal vez,
y más aún,
de forma continuada.
Ya se durmieron mis piernas
y llegó el dolor entumecido,
hormigueo.
Sentada.
Recuerdo en-tú-mecerme.
Al penetrarte los ojos 
que no me captan.
Ser invisible me gusta,
así me atreveré a contártelo-cantártelo, allá voy:

He sabido lo que tú sientes ahora. Ay, tus ojos, lo dicen todo. Conozco lo que es carecer de miedos, saberse poderosa, invencible, única. Tomé un día esa droga inagotable que siempre sale a tu encuentro. No jures que NO la probarás otra vez, no jures, no te mientas a tí misma, amiguita, es inútil, caeremos, así somos, por fortuna. También disfruté un día de las estrellas que habitaban mis ojos. Para mí eran la eternidad y de facto me hacían omnipotente. Cuando estaba en la cima, como tú, drogada, hormonada, con el pecho aleteante y no sentada aquí, a la espera, con las hemorroides hacia afuera...suspirando. No me escucharás debido a tu sordera de altiplanicie. Se es sorda cuando estás puesta hasta las cejas...amiga mía disfruta de tu viaje. En alguna que otra estación nos podríamos encontrar más no hemos de  reconocernos. Andaré pizpireta como Venus entre flores mientras me observas con tus posaderas severamente irritadas, a la espera, y serás tú quien cuenta-canta esta breve historia. No te escucharé pues...Vuelta a empezar.

La Rubiales en el Espejo (MJE)







Fotografia de Lee Jeffries perteneciente a la serie "Homeless' Soul"


Escena de la película "Pora Umierac", Dorota Kedzierzawska. Polonia. 2007.




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