lunes, 4 de abril de 2016

Génesis del Miau

Todo está lleno de gatos....miau...mia...marramiau...mío...
Asómate desde mis bigotes a ver el ridículo mundo de los humanos.
Mi tótem es una gata anciana. Me enseña a soñar gatos pardos que cuentan con la paciencia. Tranquilidad suave. Me muestra gatos blancos que rezuman luz y gozan de sano alboroto. El abismo ámbar en cada ojo. Siempre.
Al comienzo llegaron los acontecimientos con disfraz de cotidianos.
Mínúsculos.
Insignificantes.
Entonces no sabía yo maullar ni una palabra. Se utilizó mi mudez para prenderme las venas como uña de gato. Engarfiase a mis capilares como bragas al sol.
Surreal, inconclusa.
Ahora conociendo el idioma sólo gusto imaginar gatos sabios. Gatos que son misívas, que me besan la frente, rasposamente. Y en ella nace una puerta para comprender a las estrellas. Para crear galaxias. Para engendrar motivos.
Mi tercer ojo de pupila rasgada.

La Rubiales en el Espejo (MJE)

















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